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Jesús sana a un leproso

40 Y vino a él un leproso implorándole, y de rodillas le dijo:

—Si quieres, puedes limpiarme.

41 Jesús, movido a compasión, extendió la mano, lo tocó y le dijo:

—Quiero; sé limpio.

42 Y al instante desapareció la lepra de él, y quedó limpio.

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